Si un cuerpo se define menos por su forma o función, que por su poder de afectar y ser afectado, cabría preguntarse por la fisonomía de ese poder en la ciudad futura. Atrapado y producido por una red infinita de afecciones, el cuerpo que habita una ciudad no es el mismo cuerpo que habita otra. Piénsese en Valdrada, la ciudad imaginada por Italo Calvino en la que todo acto se ve fielmente replicado en la Valdrada que refleja el lago al lado del cual se yergue. A los habitantes de esta ciudad doble les está vedado “abandonarse ni un solo instante al azar y al olvido”. Sus cuerpos se ven doblemente afectados: por los cuerpos que los rodean y por las afecciones que padecen sus cuerpos reflejados en la ciudad invertida. ¿Podría la Cali de 2084 ser el doble de la Cali actual, reflejada en la superficie de la imaginación y el tiempo futuro? ¿Estará habitada por cuerpos afectados por las reverberaciones futuras de las aventuras y desventuras que padecen los cuerpos de hoy? En este juego de imaginación del futuro nos embarcamos con los estudiantes de “Procesos de socialización y prácticas culturales”, un curso destinado a la reflexión acerca de las relaciones complejas entre sociedad e individuo. En relación con la Cali de 2084, nos preguntamos acerca de los placeres y malestares que padecerán los cuerpos de caleños y caleñas de ese futuro no tan lejano. Las cinco imaginaciones que compartimos con el Museo del Futuro dan cuenta de un porvenir en el que los cuerpos luchan por sobrevivir a guerras, enfermedades, polución y la insuperada amenaza de envejecer. No son cuerpos muy distintos de los del presente; comparten con nosotros la indefectiblemente frustrada búsqueda del placer y el bienestar. Sin embargo, hay una distancia. Son otros. La distopía que hoy presentimos, en ellos se ha encarnado, incorporado. Sus cuerpos reflejan y crean una ciudad que se alza entre ruinas, condenada por su pasado que es nuestro presente. En cada una de estas imaginaciones late la responsabilidad ante quienes recibirán nuestro legado mas no nuestra consideración, pues los hemos relegado al azar y el olvido.
Diego Cagüeñas, PhD
Profesor tiempo completo, Departamento de Estudios Sociales, Universidad Icesi, Cali, Colombia