La capacidad de complejizar los mitos e invenciones colectivas sigue vigente en el Maquinoceno. Casi 100 años antes, los hombres quisieron ser imagen y semejanza de los robots, pero ahora los robots comienzan a generar sus propias deidades. Sus algoritmos adaptativos entrecruzan fragmentos de viejas producciones humanas. Sus ídolos son fusión de dibujos de Leonardo, con petroglifos de la Isla de Pascua…
Mónica T. Miralles